El New York Times publicó un artículo en profundidad titulado ‘How China Built iPhone City With Billions in Perks for Apple’s Partners’ (Cómo China construyó la ciudad del iPhone con millones de beneficios para los socios de Apple), revelando un tesoro de beneficios públicos para la fábrica de iPhone más grande del mundo en Zhengzhou, China.
En una ciudad de seis millones de habitantes de una región empobrecida de China, el gobierno local ha contribuido con 1.500 mil millones de dólares a Foxconn, el proveedor de iPhones de Apple. El dinero se utiliza, en parte, para mejorar la infraestructura local, reducir los costos de exportación de Foxconn y construir viviendas para los 350.000 empleados de la fábrica (cinco veces el número de personas empleadas directamente por Apple en Estados Unidos).
Con el fin de cosechar los beneficios económicos de acoger empresas multinacionales como Foxconn, las autoridades de Zhengzhou han ofrecido a la empresa una amplia cartera de beneficios. Estos incluyen una contribución de 600 millones de dólares para la construcción del complejo manufacturero de Foxconn, descuentos del 5% en los costos de energía y una relajación de las tasas de impuesto corporativo.
Sin embargo, las revelaciones se producen en un momento de incertidumbre sobre el futuro de la globalización. Con el auge del nacionalismo económico tanto en China como en los Estados Unidos, acentuados por la critica del presidente Trump sobre el modelo de negocios global de Apple, la voluntad de los países de utilizar recursos públicos para cortejar a las empresas privadas puede desaparecer pronto.
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Noticias vía: The New York Times.